Crítica y prensa

13.07.2020


CRÍTICAS


Háblame de amor


Problemas que los singles no tienen, de Memoriarte Teatro, es una de las primeras obras que puede verse tras el confinamiento en Madrid, los sábados y domingos en la Sala Sojo Laboratorio Teatral. Dirigida por Javier López es, según su programa de mano, una comedia sobre la vida en pareja “compuesta de pequeñas obras de microteatro, que, ensambladas, forman un todo”.


Problemas que los singles no tienen es un homenaje al (des)amor y al poeta Lope de Vega, con tintes de crítica social. El mismo director y cinco actores más (Moisés Chic, Carla González, Paco Moril, Margarita Tejeiro y Alberto Hernández) se enfrentan a seis escenas, interpretando, en ocasiones, a más de un personaje. Todo comienza con una voz en off, una alusión al amor, al Siglo de Oro y a la obra de Lope de Vega, en especial, a El acero de Madrid. A continuación, un triángulo amoroso entre tres jóvenes, una infidelidad y una traición. El joven engañado, apasionado de Lope de Vega, servirá de puente entre la escena central y la última, en que, reencontrándose con la que solía amar, o con su imagen, y, ante la mirad atónita de su anfitriona, se debate entre la vigilia y el sueño mientras ambos danzan al son de los versos de El caballero de Olmedo (“Amor, no te llame amor el que no te corresponda…”), quizá a modo de desahogo o superación del rechazo.


Pero no todo es poesía y borrachera en este montaje. Las escenas segunda y cuarta se desarrollan a un ritmo trepidante, y son, ante todo, cómicas. Se trata de una comedia mordaz, que, a partir de situaciones ficticias, hipotéticas, surrealistas u oníricas, critica el abuso de poder, los límites entre los derechos de los animales y los derechos humanos o la falta de cuidado para con el medio ambiente.


Una conocida será la salvación del joven engañado. Destaca, en este sentido, el final de la escena entre estos dos personajes, en que se muestra al espectador, por un resquicio de las cortinas, la continuación de esta historia. En mi opinión, la escena más impactante del montaje, bajo una luz roja, es la que reproduce la interacción entre el que parece ser un excéntrico Satanás y uno de sus siervos. El primero, por cierto, parece admirar profundamente al poeta Baudelaire y estar convencido de la decadencia del hombre; no obstante, parece identificar al amor con la libertad o la liberación del ser humano.


Problemas que los singles no tienen cuenta el amor a lo largo de los siglos, entre el carpe diem y los sentimientos más puros, entre la realidad y la ficción, lo frenético y lo ralentizado, con Lope de Vega como hilo conductor. Sería interesante investigar y probar a empastar comedia y poesía de manera que ambos aspectos coexistan, sin que uno predomine sobre el otro, o pase alguno desapercibido. Igualmente, el viaje está asegurado. Da gusto ver la dedicación de estos actores para hacer un teatro alternativo de calidad, transitando un material tan interesante como inquietante, al alcance de todos.


Crítica realizada por Susana Inés Pérez

31.05.2021


CRÍTICAS  


Distopía o realidad


La distopía acecha, amor, de Memoriarte Teatro, puede verse en Sojo Laboratorio Teatral en Madrid. La obra, escrita y dirigida por Javier L. Sellés, cuenta las vicisitudes de la vida moderna en torno a dos parejas; lo que se presenta como distopía tiene mucho de actualidad, y de cómico.


Gabi (Jorge Piñero) y Ana (Tatiana Candela) viven en el centro de Madrid y el casero les ha dado un ultimátum; Gabi parece un chico inocente y Ana, un tanto alocada, salvaje y bohemia. Esto es lo que da a entender Juan, amigo de Gabi (Luis García), quien piensa, además, que Ana es una mala influencia para su novia, Candela (Silvia Pelayo).


Sin duda, el personaje de Ana es el más misterioso y también el desencadenante de los eventos que se suceden. La obra, de hecho, brilla durante la conversación que mantienen los dos personajes femeninos; Tatiana Candela lleva al límite a su personaje, al que aporta una gestualidad que desata las carcajadas del público, a la vez que incita a pensar sobre la cultura en España. Por su parte, Pelayo defiende la dulzura de Candela, oscilando entre simpleza y sentido común.


Desde la primera escena, el tándem Candela-Piñero introduce al público en la historia, despertando su curiosidad. Piñero tiene un gran talento para la comedia, pero es en las escenas con su compañera, durante los hilarantes diálogos, donde despliega todo su potencial. García, por su parte, crea un personaje cercano a la paranoia, que roza ; el actor luce especialmente su vis cómica en la última escena de la obra, de la que no desvelaré nada. Solo diré que la realidad supera la ficción o, al menos, caminan ambas a la par.


Javier L. Sellés da vida al personaje discordante, que aparece por unos minutos para desvelar solo una parte del entuerto. Entre las escenas, música clásica y de Flash and The Pan, que facilitan la entrada al mundo de la escena, a través de los cuerpos flotantes de los actores bajo los focos rojos. La elegancia se alterna con el humor, lo mundano con la fantasía. El conjunto resulta sugerente y conserva su misterio hasta el final.


La distopía acecha, amor es una obra en que las relaciones de los personajes van más allá de su propia historia, esto es, conectan con el funcionamiento de un mundo incierto, que menosprecia, en ocasiones, la cultura, el arte o la formación artística, fomenta el silencio en torno al abuso y las drogas y no ofrece alternativas a los jóvenes ante unas expectativas basadas en el consumismo o, lo que es peor, bastante diferentes a las inculcadas o imaginadas durante la infancia. ¿Estamos abocados a la destrucción? Gran trabajo coral de esta compañía.


Crítica realizada por Susana Inés Pérez



La distopía acecha, amor vuelve el 8 de septiembre a la cartelera madrileña con un reparto renovado. Escrita y dirigida por Javier López Sellés, la obra relata, en clave de comedia, el viaje de poco más de dos días de duración, de cuatro personajes (Gabi, Ana, Juan y Candela) hacia un final totalmente inesperado, aunque no del todo lejano a los tiempos que nos ha tocado vivir.

Todo comienza cuando Gabi y Ana no pueden posponer por más tiempo el pago del alquiler de su piso del centro de Madrid. El dinero, o la ausencia de él, pondrá patas arriba el confort emocional en el que vivía la joven pareja, al tiempo que marcará una primera referencia en el crecimiento de la distopía. Sin embargo, Ana guardará en su corazón un lugar para la utopía...

La obra se representará todos los miércoles de septiembre, desde el día 8, en la sala Sojo Laboratorio Teatral de Madrid a las ocho de la tarde.

Memoriarte Teatro

Memoriarte Teatro nace en noviembre de 2016. La compañía tiene sus raíces en los textos para teatro escritos por Javier López Sellés. Bajo su dirección, los actores crean un mundo que poco a poco se va haciendo reconocible. El objetivo principal de estos textos es entretener al espectador.

Teniendo esta primera condición siempre en mente, Memoriarte Teatro abraza y despliega temas sociales como el de los niños robados durante la dictadura franquista en la obra “El pingüino de Marte”, que ganó el Festival de Teatro Corto de Carabanchel en marzo de 2019, y el feminismo en “Nunca amanezca a mis ojos”.

En sus 5 años de andadura la compañía ha creado otras obras, entre las que destacan: “Problemas que los singles no tienen” y “Los días pragmáticos”.

Desde marzo de 2020 Memoriarte Teatro es habitual de la sala madrileña Sojo Laboratorio Teatral donde han podido verse algunas de sus creaciones.


Días: miércoles 8, 15, 22, 29 de septiembre a las 20:00 h.

Sala: Sojo Laboratorio Teatral

Dirección: Calle San Isidoro de Sevilla, 2. Madrid.

Cómo llegar: Metro Puerta de Toledo y Pirámides.


EUROPA PRESS – ‘La distopía acecha, amor’ volvió este miércoles a la sala Sojo Laboratorio Teatral de la mano de Memoriarte Teatro, que ha vuelto a ofrecer esta obra al público madrileño.

Así, según han informado los organizadores en un comunicado, la obra ha vuelto a conseguir «conquistar» a los espectadores con «gran éxito» y se volverá a interpretar todos los miércoles de septiembre a las 20 horas. La misma, escrita y dirigida por Javier López Sellés, cuenta cómo se desarrolla la vida moderna de Gabi (Óscar Belloso) y Ana (Carolina Fernández), una pareja de enamorados como cualquier otra.

Ambos viven tranquilamente en un piso en el centro de Madrid, pero todo se complica cuando el casero da un ultimátum: deben pagar ya el alquiler si no quieren quedarse en la calle. El dinero pondrá «patas arriba» el confort en el que estaba instalada la joven pareja.

Memoriarte Teatro en la radio

Estuvimos en el programa de radio "Café con Silvia" en Uni.Fm.

Durante una hora de entrevista Javier López Sellés nos habló de teatro, de su proyecto personal , sus obras, su trayectoria y de la nueva propuesta que tenemos en cartel "La distopía acecha, amor"

Entrevista en Uni.FM con Javier López Sellés













31.05.2021

CRÍTICAS  

Distopía o realidad

La distopía acecha, amor, de Memoriarte Teatro, puede verse en Sojo Laboratorio Teatral en Madrid. La obra, escrita y dirigida por Javier L. Sellés, cuenta las vicisitudes de la vida moderna en torno a dos parejas; lo que se presenta como distopía tiene mucho de actualidad, y de cómico.


Gabi (Jorge Piñero) y Ana (Tatiana Candela) viven en el centro de Madrid y el casero les ha dado un ultimátum; Gabi parece un chico inocente y Ana, un tanto alocada, salvaje y bohemia. Esto es lo que da a entender Juan, amigo de Gabi (Luis García), quien piensa, además, que Ana es una mala influencia para su novia, Candela (Silvia Pelayo).


Sin duda, el personaje de Ana es el más misterioso y también el desencadenante de los eventos que se suceden. La obra, de hecho, brilla durante la conversación que mantienen los dos personajes femeninos; Tatiana Candela lleva al límite a su personaje, al que aporta una gestualidad que desata las carcajadas del público, a la vez que incita a pensar sobre la cultura en España. Por su parte, Pelayo defiende la dulzura de Candela, oscilando entre simpleza y sentido común.


Desde la primera escena, el tándem Candela-Piñero introduce al público en la historia, despertando su curiosidad. Piñero tiene un gran talento para la comedia, pero es en las escenas con su compañera, durante los hilarantes diálogos, donde despliega todo su potencial. García, por su parte, crea un personaje cercano a la paranoia, que roza ; el actor luce especialmente su vis cómica en la última escena de la obra, de la que no desvelaré nada. Solo diré que la realidad supera la ficción o, al menos, caminan ambas a la par.


Javier L. Sellés da vida al personaje discordante, que aparece por unos minutos para desvelar solo una parte del entuerto. Entre las escenas, música clásica y de Flash and The Pan, que facilitan la entrada al mundo de la escena, a través de los cuerpos flotantes de los actores bajo los focos rojos. La elegancia se alterna con el humor, lo mundano con la fantasía. El conjunto resulta sugerente y conserva su misterio hasta el final.


La distopía acecha, amor es una obra en que las relaciones de los personajes van más allá de su propia historia, esto es, conectan con el funcionamiento de un mundo incierto, que menosprecia, en ocasiones, la cultura, el arte o la formación artística, fomenta el silencio en torno al abuso y las drogas y no ofrece alternativas a los jóvenes ante unas expectativas basadas en el consumismo o, lo que es peor, bastante diferentes a las inculcadas o imaginadas durante la infancia. ¿Estamos abocados a la destrucción? Gran trabajo coral de esta compañía.


Crítica realizada por Susana Inés Pérez














13.07.2020

CRÍTICAS

Háblame de amor

Problemas que los singles no tienen, de Memoriarte Teatro, es una de las primeras obras que puede verse tras el confinamiento en Madrid, los sábados y domingos en la Sala Sojo Laboratorio Teatral. Dirigida por Javier López es, según su programa de mano, una comedia sobre la vida en pareja “compuesta de pequeñas obras de microteatro, que, ensambladas, forman un todo”.


Problemas que los singles no tienen es un homenaje al (des)amor y al poeta Lope de Vega, con tintes de crítica social. El mismo director y cinco actores más (Moisés Chic, Carla González, Paco Moril, Margarita Tejeiro y Alberto Hernández) se enfrentan a seis escenas, interpretando, en ocasiones, a más de un personaje. Todo comienza con una voz en off, una alusión al amor, al Siglo de Oro y a la obra de Lope de Vega, en especial, a El acero de Madrid. A continuación, un triángulo amoroso entre tres jóvenes, una infidelidad y una traición. El joven engañado, apasionado de Lope de Vega, servirá de puente entre la escena central y la última, en que, reencontrándose con la que solía amar, o con su imagen, y, ante la mirad atónita de su anfitriona, se debate entre la vigilia y el sueño mientras ambos danzan al son de los versos de El caballero de Olmedo (“Amor, no te llame amor el que no te corresponda…”), quizá a modo de desahogo o superación del rechazo.


Pero no todo es poesía y borrachera en este montaje. Las escenas segunda y cuarta se desarrollan a un ritmo trepidante, y son, ante todo, cómicas. Se trata de una comedia mordaz, que, a partir de situaciones ficticias, hipotéticas, surrealistas u oníricas, critica el abuso de poder, los límites entre los derechos de los animales y los derechos humanos o la falta de cuidado para con el medio ambiente.


Una conocida será la salvación del joven engañado. Destaca, en este sentido, el final de la escena entre estos dos personajes, en que se muestra al espectador, por un resquicio de las cortinas, la continuación de esta historia. En mi opinión, la escena más impactante del montaje, bajo una luz roja, es la que reproduce la interacción entre el que parece ser un excéntrico Satanás y uno de sus siervos. El primero, por cierto, parece admirar profundamente al poeta Baudelaire y estar convencido de la decadencia del hombre; no obstante, parece identificar al amor con la libertad o la liberación del ser humano.


Problemas que los singles no tienen cuenta el amor a lo largo de los siglos, entre el carpe diem y los sentimientos más puros, entre la realidad y la ficción, lo frenético y lo ralentizado, con Lope de Vega como hilo conductor. Sería interesante investigar y probar a empastar comedia y poesía de manera que ambos aspectos coexistan, sin que uno predomine sobre el otro, o pase alguno desapercibido. Igualmente, el viaje está asegurado. Da gusto ver la dedicación de estos actores para hacer un teatro alternativo de calidad, transitando un material tan interesante como inquietante, al alcance de todos.


Crítica realizada por Susana Inés Pérez

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